jueves, 21 de abril de 2011

TESIS III Dan TKD-Pablo Alberto Carapezza

Tesis sobre el libro “Como el rio que fluye”
Autor: Paulo Coelho

A lo largo de su vida, el autor ha viajado a innumerables lugares, probablemente esto ha sido de inspiración para una carrera dedicada al arte y a la escritura.
Por ello, quiero empezar con dos preguntas existenciales, motivo por los cuales grandes filósofos dieron inicio a investigaciones y teorías, el viajar y contemplar, es fruto de inspiración y creación:
Pues entonces:
¿Quién soy?
¿Qué quiero SER en la vida?

Sabemos realmente quienes somos, o creemos que somos solo lo que decimos cuando nos presentamos? lo que hacemos en la rutina diaria, lo que nos mueve es alcanzar deseos superficiales?
Creo y comparto con el autor que somos mucho mas que seres destinados a la supervivencia… Mas aún, estamos preparados para crear, transformar y ser auto realizables…
Por lo que desde este enfoque, podemos decir, hay algo mas en esta vida que ser víctimas o seres accidentales. Podemos tomar una actitud de reflexión positiva en cada acto, conectarnos con nuestra espiritualidad, con nuestros mas profundos sentidos, para amar y aceptar cada acto, para emanar y regalar fuerza infinita, para ver el escenario mas majestuoso en el que podemos vivir, incluso en los “peores” momentos.
Como dice el autor, en la vida siempre habrá cosas buenas y malas, pero esto no es algo novedoso, este libro trata de sugerirnos el poder aceptar y amar cada cosa, ser como un Rio que fluye.
Pues el rio es el principal ejemplo sobre perseverancia, jamás se detiene y a pesar de las dificultades que se le presente, siempre sabe como continuar, siempre escucha el llamado para seguir adelante, y a no detenerse a buscar lo bueno o lo malo que ha ocurrido, sino a disfrutarlo, aceptarlo, creciendo en cada instante.
No detenerse en postergar la felicidad, Ser uno mismo, ser aquel que disfruta, aquí y ahora, una vivencia, de estar presente, o simplemente del existir. Contemplar la existencia, es la mas valiosa de las gratitudes.
Fluir, es una acción constante, que no deja de moverse, que tiene velocidad y desplazamiento, que abarca un espacio, pero que ese espacio es llenado todo el tiempo, pero sin quedarse en el mismo lugar.

Nuestra vida, nuestro existir, nuestro ser aquí y ahora se asemeja a un rio que tiene una historia, un recorrido y un destino.
Nos enfrentamos en la vida a muchas circunstancias y sin embargo debemos seguir fluyendo, como un rio de agua viva, que no se detiene ante nada.
Ocasionalmente, la vida nos presenta preocupaciones, angustia, estrés, ansiedad y todo lo que se parezca a neurosis, temores y miedos.
Nada mas parecido a un boicot, que debemos necesariamente transitar, transmutar y también disfrutar.
Pero veamos que en contraposición la vida también nos regala:
Aire
Agua
Montañas
Naturaleza
Calor
Frio
Sol
Luna
Estrellas

Y en ello implícitamente:

Vida
Amor
Disfrute
Contemplación
Goce
Energía
Dinamismo
Fe

Para el autor es netamente importante, que veamos estos regalos divinos, que seamos fieles a nosotros mismos y trabajemos en post de la auto sabiduría.
Debemos saber necesariamente cual es nuestra vocación y jugarse a vivirla, saber hacia donde queremos llegar, para dirigirse a transitarlo.
Obtener auto realización es el mas lindo de los regalos que podamos vivir.
- Hace referencia a esta frase: “el que sueña y sigue sus sueños tiene un destino que cumplir”.
Si sabemos por que luchar, entonces podremos disfrutar aquello que lo motiva. Pero tener en cuenta, no importa tanto la meta misma, sino apreciar/disfrutar el recorrido hacia ella.
Y esto de disfrutar se trata, de ser uno mismo, de respetar los sentimientos, de hasta a veces animarse a romper esos paradigmas impuestos. El saber que queremos y adonde queremos llegar, equivale a respetar nuestro cuerpo y nuestra alma y nos permitirá tener una historia de vida.
Para saber decidir, debemos escuchar al corazón, limpiarlo de la ira, para que el amor elija hacia su mismo camino. Que vuelva a su fuente..
La esperanza nos permitirá confiar en la voluntad de Dios y nos permitirá ver con sencillez las cosas. La grandeza de Dios se refleja en las cosas más simples.
En la vida no vamos solos, siempre es bueno contar con un amigo y es menester agradecer por ellos, porque siempre serán una bendición en nuestro recorrido.
En nuestro andar por la vida hay momentos en que debemos reflexionar en que ese sueño no se vuelva obsesivo, ni nos fanatice, a efectos de no perder nuestra tan preciada libertad.




Intentemos valorar y agradecer.

Para el autor es muy importante, compartir y valorar a la mujer y todo lo que la mujer hace. La mujer debe significar mucho en nuestro andar por la vida, debemos valorar su presencia y su influencia. Su energía y su creación.
Seamos agradecidos, de toda la existencia, de la vida misma, no sabemos cuando nos toca retirarnos o bajarnos de este tren de vida.
Solo podemos mirar hacia nuestro interior, y saber que nos hace falta, soñar, imaginar, sentir y crear, respetarnos y aprender de nuestros errores, aprender a mirar las estrellas, sobre todo cuando el día fue duro, porque siempre la esperanza de un nuevo amanecer nos impulsara a ir adelante en lo que queremos.
Intentemos tener serenidad y templanza, sobre todo en los momentos más importantes y trascendentes, la serenidad es una función emocional del corazón y nos permite relajarnos y tener más amor a la vida y aprecio por lo que hacemos.
Hagamos caridad desde al alma, no por compromiso u obligación.
Todo lo anterior nos permitirá tener lo que el autor llama “una leyenda personal” que sería una narración de nuestra razón de existir y estar en este mundo.
Estarán plasmadas en esa Leyenda, nuestras experiencias y la manera en que las fuimos capitalizando, buscando reconstruir lo que se dañaba, porque de esa historia emanará una actitud de perfeccionamiento, porque siempre estuvimos en manos de Dios, ayudándonos, guiándonos y caminando para afrontar la vida como verdaderos guerreros con fe y valor.
Esa serenidad aumentará nuestro potencial de lo que podemos aportar en esta vida, sabiendo que la Sabiduría divina nos dará a su vez la capacidad de separar el trigo de la cizaña y alejar de nuestra vida lo que no conviene a nuestro propósito y que nos separa de nuestros sueños.
La serenidad nos permitirá ser dueños de nuestro tiempo y así poder repartirlo como nos hace bien. Nos permitirá observar el mundo y nuestro andar de un modo diferente, emprendiendo un viaje no rutinario, sino impregnado de una nueva aventura cada día.
Seamos simpáticos y tendremos empatía, también es parte de nuestro equipaje para la vida. Porque para poder dar amor con serenidad y valorar la vida y a las personas, debemos aprender a abrir el corazón, desde la simpatía, desde la sonrisa incondicional hacia nuestros pares.
Por eso debemos aprender a entender a nuestro prójimo y no condenarlo por sus acciones, el amor nos transforma y al transformarnos nosotros transformamos al mundo. Al tener esa transformación, las derrotas nunca serán derrotas sino bendiciones y eso nos orillara a no lamentarnos nunca de nada.
Cuando aprendamos a ser como el rio que fluye, nuestros sentidos se agudizarán y se sensibilizarán junto con la percepción espiritual de las cosas y solo así podremos fluir, viendo todos los detalles de la Naturaleza, escuchando el canto de los pájaros y el ruido peculiar de cada ser creado, así como el murmullo de la noche y sonido tranquilo y estruendoso de las aguas.
Podremos tocar cada cosa creada por Dios y percibir los más agradables olores. Reconociendo la dirección del viento y agradeciendo la luz y el calor, así como la frescura del rio y los manjares de la vida. Todo esto nos inspirará a reconocer el amor que fue depositado en nosotros y poder agradecer la existencia, simplemente dando AMOR.
Conclusiones
Como reflexión final, el autor nos deja de enseñanza, o mejor dicho, nos sugiere que disfrutemos, y apreciemos todo lo que nos ofrece la vida, ya sea esto una buena o mala experiencia, que cada acto tiene que ver con nuestro crecimiento personal, nuestro aprendizaje necesario para fortalecer el espíritu y continuar en este camino.
Veamos las cosas “mas simples“ como los mas grandes de los regalos, la misma naturaleza, todo lo que podemos contemplar ya está hecho y es un regalo divino.
No busquemos en otras superficies, lo que ya se nos dio. “Tal vez dentro nuestro esta esa luz que buscamos encontrar afuera…”
Como dice el autor, reflexionemos, seamos mas profundos, meditemos, veamos hacia adentro, vivamos el aquí y el ahora, no posterguemos ser felices. Disfrutemos todo intensamente, y sepamos que hay algo mas en esta vida que la supervivencia básica, que lo superficial mundano y material consumible. Apreciemos aquello que se nos regaló como bendición divina, y estaremos próximos al paraíso mismo.

La felicidad está dentro nuestro, la gran tarea de esta vida, es auto descubrirnos…

Prof. Pablo Carapezza
III DAN TKD

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